La relación estrecha entre Yucatán y Campeche, no solo en términos geográficos, sino también en sus costumbres y perspectivas de vida, ha sido un tema recurrente durante años. Sin embargo, la discusión sobre cuál de los dos estados era el más seguro del país parece haber cambiado drásticamente en la administración de Layda Sansores.
Durante años, se debatió sobre la seguridad en ambos estados, pero la percepción de inseguridad en Campeche aumentó notablemente durante la gestión de Sansores, pasando del 35 % al 69 %. Este incremento inesperado ha llevado a cuestionar la efectividad del modelo de seguridad de Morena, generando un impacto directo en la campaña de Joaquín Díaz Mena en Yucatán.
La cercanía entre Yucatán y Campeche añade un elemento adicional a esta situación, ya que es mayor que con cualquier otra entidad, incluyendo Quintana Roo. Huacho, como se conoce a Joaquín Díaz Mena, ha enfatizado la importancia de mantener a Yucatán como un lugar seguro, pero es evidente que sus oponentes políticos aprovecharán estos acontecimientos para cuestionar la estrategia de “abrazos, no balazos” de Morena.
Este conflicto no solo refleja los desafíos de la seguridad en la región, sino que también evidencia las complejidades políticas y sociales que enfrentan Yucatán y Campeche en la actualidad.