A días de concluir su mandato, Mauricio Vila Dosal, gobernador de Yucatán, deja en el aire una de las promesas más importantes para los vecinos reubicados del emblemático parque de La Plancha. Sin papeles ni escrituras que avalen su propiedad, estas familias, que fueron trasladadas para dar paso a la remodelación del parque, ahora se encuentran en una situación de incertidumbre.
El proyecto de La Plancha, que prometía ser un gran avance en la infraestructura urbana de Mérida, trajo consigo el reacomodo de varias familias que vivían en los alrededores. Sin embargo, a pesar de las promesas de regularizar sus nuevas propiedades, la entrega de documentos formales nunca se materializó. Hoy, esas familias siguen esperando, sin certeza de si algún día obtendrán los papeles que les permitan acreditar su nuevo hogar.
El tiempo se agota, y Mauricio Vila, a punto de concluir su gestión, no ha ofrecido respuestas claras sobre la situación. Las familias reubicadas siguen preguntándose si podrán contar con la seguridad de sus escrituras o si quedarán desprotegidas ante cualquier eventualidad legal o administrativa.
El problema de la regularización de tierras en Yucatán no es nuevo, pero la situación de los reubicados de La Plancha se ha vuelto un símbolo de la falta de atención a quienes resultan afectados por grandes proyectos urbanos. Ahora, estas personas no solo enfrentan la incertidumbre sobre sus hogares, sino también la duda de si algún día podrán disfrutar plenamente de los beneficios de la reubicación que se les prometió.
Con la salida inminente de Mauricio Vila, la pregunta sigue siendo: ¿quién tomará la responsabilidad de entregar estos documentos y brindarles a los reubicados la tranquilidad que se les debe?