Es un hecho poco conocido.
En los primeros días de octubre de 1919 el Partido Socialista (organización que se había formado en la ciudad de México desde 1918. Partido distinto al Socialista del Sureste), sesionó en su local de las calles de Peña en la colonia Morelos, con la finalidad de analizar las candidaturas presidenciales para sustituir a Carranza.
Álvaro Obregón era la figura popular de los revolucionarios, y Carranza había intentado desprestigiarlo para dar paso a su candidato Ignacio Bonillas.
Don Venustiano en su afán de imponer a su candidato, había convocado a una reunión de gobernadores afines a su proyecto, a quienes convenció para que manifestaran su apoyo a Bonillas. Entre estos se encontraba Carlos Castro Morales. Esto fue la ruptura entre Carrillo Puerto y el gobernante yucateco.
El debate en la asamblea del Partido Socialista del 6 de octubre en la ciudad de México, consideró que por su perfil progresista, los campesinos y obreros mexicanos se verían mejor representados en sus aspiraciones sociales por Felipe Carrillo Puerto, por encima de Obregón, Pablo González (implicado en el asesinato de Zapata), Salvador Alvarado e Ignacio Bonillas. Entonces acordaron designarlo como su candidato para las elecciones presidenciales de 1920.
Una vez tomado el acuerdo, se designó una comisión que le comunicara a Carrillo Puerto esa decisión.
Al enterarse el motuleño, manifestó su declinación a tal honor y se pronunció por la candidatura de Álvaro Obregón.
La reacción de Carranza fue intervenir en las elecciones locales de diputados y alcaldes de Yucatán, dándole el apoyo armado al Partido Liberal Yucateco, iniciando una persecución a los socialistas yucatecos y la destrucción de las sedes de su Partido. El encargado de esa represión fue el coronel Isaías Zamarripa, por lo que se acuñó el término “Zamarripazo” para denominar este episodio.
Al año siguiente (1920) Carrillo Puerto resultaría electo Diputado al Congreso de la Unión y en 1921, electo gobernador de Yucatán. De no haberse dado el traidor golpe de Estado en su contra y su artero crimen, Carrillo Puerto, tenía las condiciones por su liderazgo, carisma y talento, para estar en la línea sucesoria de la presidencia de la república, en los años 30.
En las fotografías del archivo Casasola, Carrillo aparece con Calles y Obregón, y en la Cámara de Diputados.
Por Raúl Vela Sosa