Las bases de la transformación están sentadas, aunque no todo es perfecto porque hay oposición, y la mayoría apoya la continuidad del gobierno, aseguró este martes Andrés Manuel López Obrador al iniciar su tercer año como presidente de México.
Durante su mensaje –pronunciado en el Patio Central de Palacio Nacional, octavo en su tipo desde el inicio de la administración–, el Ejecutivo abundó en las herencias del pasado que su gobierno ha debido enfrentar en materia de seguridad, energética, sanitaria y demás rubros.
Tras hacer un recuento de los resultados en seguridad, López Obrador admitió que los feminicidios aumentaron 3.8%, que el homicidio doloso se incrementó 8.9% y que la extorsión va al alza, hasta ahora con 21%.
El presidente lamentó el deceso de más de 100 mil personas por la pandemia y afirmó que será solidario con quienes han perdido a algún ser querido, en un acto que en su inicio se enmarcó por un marcial toque de silencio en memoria de “quienes perdieron la batalla” contra el covid-19, según la presentadora.
Sin embargo, el mandatario subrayó que la pandemia “no nos ha rebasado”, expresión que acompañó con las cifras de ocupación en nosocomios y el desarrollo de infraestructura para la salud, incluida la reconversión hospitalaria para atender a enfermos de coronavirus.
En materia energética, precisó que en sus dos años de gobierno no se han aplicado aumentos a los combustibles ni a la electricidad, y presumió que la refinería que se construye en Dos Bocas, Tabasco, servirá para tener autosuficiencia energética, remontando el deterioro en el sector, propiciado por los gobiernos del pasado.
En 45 minutos hizo un recuento de sus acciones y resultados, estableciendo que de los 100 compromisos que contrajo el 1 de diciembre de 2018, lleva cumplidos 97. Faltan: descentralizar la administración pública, impulsar el desarrollo de energías renovables y saber la verdad sobre lo ocurrido a los jóvenes de Ayotzinapa en septiembre de 2014.
López Obrador reiteró hoy que su prioridad –centro de su mensaje desde que inició la administración– ha sido el combate a la corrupción, y detalló que hasta ahora el país ha logrado ahorros por un billón 300 mil millones de pesos, gracias a una política de austeridad y la eliminación de prácticas ilegales o excesos en el gobierno.
Entre otras acciones políticas, mencionó la reciente eliminación de fideicomisos –medida polémica y controvertida ahora ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación– que, subrayó, eran manejados de manera deshonesta.
“Al combatir la corrupción y gobernar sin lujos y sin frivolidad, hemos cumplido con el compromiso de gobernar sin aumentar los impuestos, con una nueva política fincada en la moralidad”.
En su listado de logros, tuvo mención especial la participación de militares y marinos en tareas de seguridad pública –“que ahora permite la Constitución”–, en construcción de infraestructura, su implicación en programas sociales, producción de árboles, y labores de atención y rescate en desastres naturales. Ahí arrancaron los primeros aplausos de la jornada, mientras que la mención de los titulares de Marina, Rafael Ojeda, y de Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, marcaron la interrupción del mensaje por la concurrencia.
Además de los 100 compromisos y su cumplimiento, el tabasqueño repasó las obras y políticas implementadas por su gobierno. Aquí habló del avance y conclusión del tren suburbano de Guadalajara y el ferrocarril México-Toluca, entre otros proyectos.
Pero más allá del recuento de acciones –en realidad una actualización de lo que ha expresado desde el primero de los ocho ejercicios similares desde que asumió el poder–, centró su discurso en la política, en dos vertientes: la diferenciación con el pasado y el reproche a la oposición.
La cuestión es que en su perspectiva ya están sentadas las bases de la transformación, y eso consiste en que ahora se respeta la Constitución; hay legalidad y democracia; se garantizan las libertades y el derecho a disentir; hay transparencia plena y derecho a la información; no se censura, no se violan derechos humanos no se reprime al pueblo; no se organizan fraudes electorales…
“El gobierno no representa a una minoría sino a todos los mexicanos de todas las clases, culturas y creencias; se gobierna con austeridad y con autoridad moral, no se tolera la corrupción”.
Luego de reivindicar que México tiene prestigio internacional, expuso: “Es timbre de orgullo que, a pesar de las crisis, con todo y pandemia, no dejamos de trabajar por consolidar la cuarta transformación. Es evidente: si avanzamos es porque decidimos enfrentar la peste de la corrupción que tanto daño ha causado”.
Según él, la determinación de acabar con la corrupción la conoce la gente, porque nunca habían llegado tantas ayudas, al grado de afirmar que 70% de los hogares tiene algún tipo de beneficio del gobierno.
Inclusive dijo que, en sus propios datos, es decir, la encuesta que manda a hacer la Presidencia de la República, tiene 71% de aprobación, con un guiño a las encuestas que, aun colocándolo en buena posición, no llegan a ese porcentaje.
“El 71% de los mexicanos desean que sigamos gobernando y con eso tenemos. Eso es lo fundamental, el apoyo de la mayoría del pueblo”, soltó. Sin embargo, consideró que no todo es perfecto, pues hay oposición. Lo expuso en los siguientes términos:
“No todo es perfecto, no aspiramos al pensamiento único ni al consenso. Estamos conscientes de que existe oposición a nuestro gobierno y eso es legítimo y normal en una democracia. Máxime cuando se está llevando a cabo una transformación profunda, cuando se trata de acabar con minorías acostumbradas a medrar al amparo del poder”.
En el acto estuvo presente el gabinete legal y ampliado, así como invitados especiales, entre los que destacaron Carlos Slim Domit, hijo del magnate homónimo; Ricardo Salinas Pliego, presidente de Grupo Salinas; Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa, y el dirigente sindical Pedro Haces. Sumaron unos 80 invitados en la sede del Ejecutivo Federal.
Fuente: Proceso