En un acto cargado de simbolismo y desesperación, Ceci Flores, líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora y madre de dos hijos desaparecidos, adoptó una indumentaria inusual para hacerse escuchar por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Con la pala que simboliza su incansable búsqueda, Flores se presentó en Palacio Nacional ataviada de beisbolista, sosteniendo una pancarta que preguntaba al presidente si, bajo esa vestimenta, finalmente le concedería una audiencia.
La elección de este atuendo no es aleatoria, sino una referencia directa a la conocida afición del presidente por el béisbol, sugiriendo que quizás así lograría captar su atención. “Quizás vestida así, me pueda atender”, expresó la activista, evidenciando la desoladora realidad de muchas familias que, como la suya, buscan respuestas y justicia en un país azotado por la violencia y las desapariciones.
La jornada anterior, Flores ya había intentado entregarle a López Obrador la “pala de mando”, herramienta emblemática de su lucha y la de muchas otras madres que, ante la inacción gubernamental, han tomado la búsqueda de sus seres queridos en sus propias manos. La pala, dijo, “nunca debió estar en mis manos”, reflejando el dolor y la incongruencia de una situación donde los ciudadanos deben asumir roles que corresponden al Estado.
Este gesto resalta la brecha entre las promesas de campaña del presidente, que aseguró priorizar a las víctimas y sus familias, y la realidad que enfrentan hoy. La indumentaria de Flores, más que un mero disfraz, se convierte en un grito desesperado por atención y acción en un contexto donde las cifras de desaparecidos continúan en ascenso, y la esperanza de justicia se desvanece con cada día que pasa sin respuestas.