Cientos, miles de hectáreas ejidales le pertenecerían a Jorge Carlos Ramírez Marín. Que si salieran a la luz los grandes latifundistas del porfiriato, se quedarían cortos.
A través de sus operadores en la península, el famoso señor barriga aprovechó muy bien su paso por la SEDATU, la dependencia creada durante el gobierno de EPN y que estuvo a cargo de nada más y nada menos que de Rosario Robles, quien hoy está privada de su libertad y todos sabemos el tipo de fichita que es.
Ramírez Marín, ha sabido pasar agachado, nadie se imagina que tras esa figura bonachona existiría un “gran a acaparador de tierras”.
Y es que según testigos, estuvo seis años colgado de la ubre, como se dice vulgarmente pusieron al lobo a cuidar las ovejas.
Dentro de las estrategias del gordito, según testigos; están haber puesto a delegados del registro Agrario a modo. Instancia que tiene toda la información acerca de la propiedad agraria del país y a la que le corresponde calificar y emitir los certificados respectivos.
De esta manera se habría apoderado de miles de hectáreas en toda la península en donde no sólo se pudo haber beneficiado, si no también sus amigos. Zonas turísticas de Tulum, playa del Carmen, zonas de cenotes. Son algunos ejemplos de lo que Jorge Carlos guarda bajo el colchón.
En una segunda entrega les hablaremos del modo de operar y de simular la “compra venta” de tierras ejidales.
Texto: Redacción.